Preguntas de pacientes (68)

Gracias por compartirlo con tanta honestidad. Lo que describes tiene que ver con un patrón de pensamiento muy común en la ansiedad: la mente se adelanta, imagina escenarios negativos y nos desconecta del... Ver más

Gracias por compartir algo tan difícil. Situaciones como esta suelen generar mucho dolor, confusión y culpa en las familias, y es importante reconocer que lo que estás viviendo necesita acompañamiento... Ver más

Gracias por compartir lo que estás viviendo; sé que no siempre es sencillo hablar de temas como la ansiedad, la depresión y la autoestima. El hecho de que estés buscando orientación ya es un paso muy valioso... Ver más

Hola, gracias por compartir algo tan difícil y tan íntimo. Vivir dos pérdidas importantes a tan corta edad puede ser muy impactante, y es completamente comprensible que hayan surgido pensamientos de muerte... Ver más

Hola, gracias por abrir lo que has sentido durante tantos años. Es muy valioso que, a tus 23, estés prestando atención a estos cambios emocionales y a cómo impactan tu vida. Lo que describes etapas en las que te sientes bien y otras en las que todo pesa muchísimo puede ser muy desgastante, y es completamente comprensible que te preguntes si hay algo más profundo detrás o si ya es momento de pedir ayuda.

Experimentar síntomas desde los 15 no significa que “así tengas que vivir”; lo que sí muestra es que has estado cargando con esto sola durante mucho tiempo, y eso ya es en sí mismo agotador.

Desde un enfoque cognitivo-conductual, es importante notar cómo ciertos pensamientos o situaciones estresantes pueden detonar estas recaídas emocionales. A veces, sin darnos cuenta, se establecen patrones de interpretación muy duros con nosotros mismos, o hábitos que mantienen el malestar. La buena noticia es que estos patrones sí pueden trabajarse y modificarse.

Sobre a quién acudir:

• Un psicólogo/a con enfoque cognitivo-conductual puede ayudarte a entender tus ciclos, trabajar tus pensamientos y emociones, desarrollar herramientas para prevenir recaídas y crear un plan claro para tu bienestar.
• Un psiquiatra es útil cuando los síntomas son muy intensos, muy persistentes o afectan áreas importantes de tu vida (sueño, energía, apetito, motivación). Él o ella puede valorar si necesitas un apoyo médico adicional como parte del tratamiento.

Lo más habitual —y lo más recomendable cuando hay dudas— es iniciar con psicoterapia. Y si en el camino observamos que también sería útil que un psiquiatra evalúe, entonces lo incorporamos. No tienes que elegir entre uno u otro en este momento; lo importante es dar el primer paso.

Si te parece, puedo acompañarte en ese proceso para identificar qué está manteniendo estas etapas difíciles y ayudarte a construir herramientas que te den estabilidad y claridad emocional. No tienes por qué seguir atravesando esto sola; hay caminos que sí funcionan y pueden ayudarte a sentirte mejor de manera sostenida.

Gracias por abrirte y contar algo tan doloroso. Lo que estás viviendo no es poca cosa. Intentar buscar ayuda, ir a terapia, hacer el esfuerzo de hablar… y aun así sentir que no te entienden o que no te están ayudando con lo que realmente necesitas, cansa muchísimo. Es completamente válido que te sientas frustrada, desanimada y con ganas de rendirte. Pasar por dos procesos terapéuticos y no sentir alivio es muy desgastante. No tiene que ver con que “no lo intentes lo suficiente”, sino con que todavía no has encontrado un espacio donde tus emociones y tu proceso sean realmente escuchados.

Lo que dices no poder hablar, no saber cómo expresar lo que sientes, volver a sentirte mal, y tener sesiones que se enfocan en temas que ni siquiera son tu motivo de consulta es una señal clara de que necesitas un acompañamiento distinto: uno donde se respete tu ritmo, se priorice lo que tú estás viviendo y se trabaje sobre aquello que te duele ahora, no sobre lo que alguien supone que debería preocupar. Desde la terapia cognitivo–conductual, se parte justamente de comprender qué estás sintiendo, cómo lo estás viviendo y cuáles son los pensamientos y emociones que te están llevando a este estado de agotamiento y desesperanza.

Tú no deberías cargar sola con esa sensación de “ya no puedo más”. Y es muy importante que sepas que no es que “la terapia no funcione”, sino que aún no has estado en un espacio que te acompañe de la manera que realmente necesitas.

Si tú quieres, puedo acompañarte en un proceso donde lo primero sea escucharte con calma, entender qué te está pasando, trabajar en la dificultad para expresar lo que sientes, y ayudarte a construir paso a paso herramientas para que empieces a sentir alivio real. No tienes que explicarlo todo perfecto; parte del proceso es justamente ayudarte a encontrar las palabras y el espacio seguro para hacerlo.

Cuando decidas intentarlo nuevamente, aquí estoy para apoyarte sin juicio y con un enfoque que sí se adapte a lo que tú necesitas. Te mereces un proceso en el que no te sientas sola.

Gracias por compartir lo que estás viviendo. Lo que describes la falta de aire, la sensación de que la garganta se cierra, el sudor, las piernas frías, el corazón acelerado y ese miedo intenso a morir, es realmente angustiante. Muchas personas que pasan por esto sienten que algo físico grave está ocurriendo, así que es muy comprensible que hayas buscado primero a un cardiólogo. Y qué bueno que tus estudios salieron bien; eso ya es una parte importante descartada.

Cuando los síntomas físicos aparecen tan intensos pero los estudios indican que todo está bien, es muy común que se trate de ataques de pánico o una ansiedad elevada. La mente y el cuerpo están profundamente conectados: cuando tu sistema de alarma emocional se activa de más, puede generar sensaciones muy reales y muy fuertes, como las que mencionas. No te lo estás imaginando; simplemente tu cuerpo está respondiendo como si hubiera un peligro extremo, aunque no lo haya.

Desde la terapia cognitivo–conductual trabajamos justamente en entender qué detona estos episodios, cómo se mantiene el ciclo de miedo–síntomas–más miedo, y te enseñamos técnicas muy concretas para recuperar la calma, regular la respiración, reducir la sensación de ahogo y desactivar ese miedo a la muerte que suele aparecer durante los ataques. Con acompañamiento, estos episodios pueden disminuir mucho y volverse manejables.

Si te parece, puedo apoyarte en sesiones para ir entendiendo tu caso más a fondo y ayudarte a recuperar control sobre estas sensaciones tan desagradables. No tienes que vivirlo solo, y sí hay formas reales de sentir alivio.

Cuando decidas comenzar, estoy aquí para acompañarte.

Gracias por compartir lo que están viviendo. Lo que cuentas sobre tu novia muestra un dolor que viene desde hace muchos años, y es muy valioso que estés buscando la mejor manera de apoyarla. Haber sufrido abuso sexual en la infancia deja huellas profundas, y es completamente comprensible que hoy tenga dificultad para confiar, que sea más vulnerable a la manipulación y que los comentarios de otros le afecten tanto. No es que ella sea “débil”, es que sus experiencias tempranas moldearon la forma en la que percibe el mundo y a sí misma.

En estos casos, lo más adecuado es iniciar con psicoterapia, especialmente con un enfoque cognitivo–conductual o basado en trauma. En terapia se trabaja en comprender cómo esas experiencias pasadas influyen en sus emociones, en sus relaciones y en la forma en la que se valora a sí misma. También se van fortaleciendo límites, habilidades sociales y herramientas para regular el impacto emocional de los recuerdos y de las situaciones del presente.

Un psiquiatra puede ser necesario solo si los síntomas son muy intensos (por ejemplo: ansiedad incapacitante, ataques de pánico frecuentes, depresión severa, insomnio marcado o ideas suicidas). Pero lo más frecuente es que se inicie por psicoterapia y, dependiendo de lo que se observe, se valore si también es útil incluir atención psiquiátrica.

Si lo desean, puedo acompañarla en sesiones para ayudarla a sanar estas heridas, trabajar su autoestima, fortalecer su capacidad para poner límites y recuperar confianza en sí misma y en las relaciones. Y también puedo orientarte a ti sobre la mejor manera de apoyarla sin cargar tú solo con ese peso.

Aquí estoy para ayudarles cuando decidan empezar.

Gracias por compartir lo que estás viviendo. Pasar por una separación nunca es fácil, y cuando todavía existe un fuerte lazo emocional, es completamente comprensible que aparezcan la obsesión, la tristeza profunda y esa sensación constante de extrañar a la persona. No estás exagerando lo que sientes: cuando una relación importante termina, el cerebro y el cuerpo pasan por un proceso muy parecido al duelo, y eso puede generar exactamente lo que describes.

La obsesión y la dificultad para olvidar no son señales de debilidad, sino de que tu sistema emocional sigue intentando adaptarse a una pérdida que fue significativa para ti. Desde una perspectiva cognitivo–conductual, trabajamos justamente en identificar los pensamientos que alimentan esa obsesión, los hábitos emocionales que mantienen el dolor activo y las estrategias que te pueden ayudar a recuperar calma, claridad y bienestar.

Sí, la terapia puede ser de muchísima ayuda en este momento. No solo para manejar la depresión que sientes, sino para que puedas procesar la separación con más comprensión, menos culpa y menos dolor. No tendrías que lidiar con esto solo.

Si tú lo deseas, puedo acompañarte en sesiones para ayudarte a entender lo que estás viviendo, a manejar la obsesión de una forma más sana y a encontrar maneras de avanzar sin que la tristeza te abrume. Estoy aquí para apoyarte cuando decidas iniciar.

racias por compartir algo tan profundo y doloroso. Lo que viviste fue una situación de abuso sexual, y ese tipo de experiencias pueden dejar huellas que a veces aparecen hasta años después, cuando la mente empieza a sentirse un poco más segura para recordar. Es importante que sepas que tus reacciones no significan debilidad: la ansiedad, la tristeza y el miedo a estar sola con hombres son respuestas muy comunes después de haber vivido un trauma como este. Tu cuerpo y tu mente están tratando de protegerte.

Desde una perspectiva cognitivo–conductual, entendemos que el trauma puede quedar “almacenado” con emociones, pensamientos y sensaciones físicas que se reactivan cuando algo lo recuerda, aunque tú no lo busques. Eso no quiere decir que estés retrocediendo, sino que ahora existe una oportunidad para procesarlo de manera segura y acompañada.

Entendiendo tus reacciones te podría apoyar:

• Aprendiendo a manejar la ansiedad y los recuerdos intrusivos
• Recuperando seguridad en tu cuerpo y tus relaciones
• Y devolviendo control a tu historia

Lo importante es que no tengas que atravesar esto sola. Lo que te pasó no fue tu culpa, y pedir ayuda ahora es un acto de enorme valentía, estoy aquí para apoyarte.

Gracias por confiar y buscar orientación. Tomar la decisión de atender temas como las adicciones, la impulsividad y las conductas de riesgo no es fácil, y es valioso que te estés preguntando por el camino adecuado. Lo que describes carácter volátil, impulsividad, dificultad para regular emociones, situaciones peligrosas, son señales claras de que se necesita un acompañamiento especializado, y no tienes por qué enfrentarlo sin apoyo.

Lo más recomendable es iniciar con un psicólogo, especialmente alguien con enfoque cognitivo–conductual, ya que en terapia se trabaja directamente en comprender los detonantes de la impulsividad, aprender herramientas para regular emociones intensas, identificar patrones que llevan a situaciones de riesgo, y desarrollar habilidades para tomar decisiones más seguras. Ese suele ser el primer paso y, en muchísimos casos, es suficiente para comenzar a generar cambios significativos.

El apoyo psiquiátrico puede ser necesario solo si durante la evaluación se identifica que hay síntomas que requieren medicación (por ejemplo: ansiedad o depresión muy severa, impulsividad extrema vinculada a trastornos del estado de ánimo, consumo que genera abstinencia difícil de manejar, etc.). En esos casos, el o la psicóloga suele orientar o referir, y ambos pueden trabajar en conjunto.

Si lo deseas, puedo acompañarte desde terapia para ayudarte a entender qué está pasando, darte herramientas prácticas y construir un plan de cambio seguro y realista. Y si en algún momento veo que también es útil incluir atención psiquiátrica, te lo haré saber con total claridad.

Cuando estés listo para empezar, estoy aquí para apoyarte.

Gracias por compartir algo que seguramente ha sido difícil de explicar y de vivir durante tantos años. Lo que describes esa sensación intensa al caminar entre ciertas personas, la inmovilidad repentina,... Ver más

Gracias por abrirte y compartir algo que seguramente has cargado durante muchos años. Vivir con ansiedad, baja autoestima y periodos de depresión no es nada sencillo, y es completamente comprensible que... Ver más

Gracias por la confianza al compartir algo tan profundo y doloroso. Estás atravesando muchas cosas al mismo tiempo: los problemas de salud, el miedo a que regresen sensaciones anteriores, el manejo de... Ver más

Hola, gracias por compartir tu duda. Es totalmente válido querer entender de dónde viene la ansiedad y cuál es el mejor camino para atenderla. Cuando uno vive con síntomas que a veces parecen aparecer... Ver más

Hola, gracias por compartir algo tan personal. Lo que estás describiendo suena realmente agotador: sentir ansiedad, pensamientos obsesivos, momentos de mejoría que luego se sienten extraños o incluso amenazantes,... Ver más

Gracias por compartir lo que estás viviendo. Debe ser muy cansado sentirte constantemente molesto o incómodo con tu entorno, y al mismo tiempo estar atrapado en pensamientos que se repiten una y otra vez... Ver más

Gracias por compartir lo que estás viviendo. Entender que necesitas apoyo y comenzar a informarte ya es un paso muy importante, especialmente cuando estás atravesando depresión y ansiedad. También es muy... Ver más

Gracias por compartir cómo te sientes. Lo que describes es una reacción muy humana ante el cierre de una relación que te afectó emocionalmente. Cuando una relación ha sido dolorosa, el proceso posterior... Ver más

Gracias por compartir algo tan delicado. Lo que viviste no solo fue una infidelidad: fue una ruptura profunda de confianza en un momento emocionalmente vulnerable, durante tu embarazo. Es totalmente comprensible... Ver más