Lic. Gerardo Contreras Murillo

Pasar la noche con los ojos cerrados sin dormir puede resultar en una serie de efectos negativos tanto a corto como a largo plazo. Aunque cerrar los ojos puede ofrecer una cierta sensación de descanso, el sueño es un proceso complejo y crítico para la salud del cerebro y del cuerpo, y simplemente descansar los ojos no es suficiente para obtener sus beneficios.

Efectos a corto plazo:

Alteración cognitiva: La falta de sueño afecta la función cognitiva, disminuyendo la concentración, la atención, y la capacidad de toma de decisiones. Esto se debe a la reducción de la actividad en la corteza prefrontal, una región clave para las funciones ejecutivas.
Problemas de memoria: El sueño es esencial para consolidar la memoria. Sin él, es probable que experimentes dificultades para recordar información reciente y aprender cosas nuevas.
Alteración del estado de ánimo: La privación del sueño puede llevar a irritabilidad, ansiedad, y cambios de humor debido a la alteración de los neurotransmisores reguladores del estado de ánimo, como la serotonina y la dopamina.
Efectos a largo plazo:

Deterioro neurocognitivo: La falta crónica de sueño puede contribuir al deterioro cognitivo a largo plazo, aumentando el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Disfunción del sistema inmunológico: El sueño es crucial para un sistema inmunológico fuerte. La privación prolongada de sueño puede debilitar la respuesta inmunitaria, haciéndote más susceptible a enfermedades.
Problemas de salud mental: La falta de sueño está asociada con un mayor riesgo de desarrollar trastornos de salud mental, como la depresión y la ansiedad.
Posibles causas de la falta de sueño repentina:

Estrés y ansiedad: El estrés y la ansiedad son causas comunes de insomnio. Pueden activar el sistema nervioso simpático, manteniendo al cerebro en un estado de alerta.
Cambios en la rutina o el entorno: Cambios en el horario de sueño, el entorno o el estilo de vida pueden alterar el ritmo circadiano, dificultando conciliar el sueño.
Estimulantes: Consumo de cafeína, nicotina, u otros estimulantes cerca de la hora de acostarse puede interferir con la capacidad para dormir.
Problemas médicos: Condiciones médicas como el hipertiroidismo, el síndrome de piernas inquietas, y la apnea del sueño pueden causar insomnio.
Uso de dispositivos electrónicos: La exposición a la luz azul de dispositivos electrónicos antes de acostarse puede inhibir la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.
Posibles soluciones para volver a conciliar el sueño:

Mantén una rutina de sueño regular: Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, para regular tu ritmo circadiano.
Crea un ambiente propicio para dormir: Asegúrate de que tu dormitorio sea oscuro, tranquilo y fresco. Considera el uso de cortinas opacas, tapones para los oídos o una máquina de ruido blanco.
Limita la exposición a la luz azul: Evita el uso de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de acostarte.
Practica técnicas de relajación: Actividades como la meditación, la respiración profunda, y el yoga pueden ayudar a reducir el estrés y preparar tu cuerpo para el sueño.
Consulta a un profesional: Si el insomnio persiste, considera hablar con un médico o un especialista en sueño. Pueden identificar cualquier problema subyacente y recomendar tratamientos adecuados, que podrían incluir terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC-I) o medicamentos.
Recuerda que el sueño es fundamental para tu salud y bienestar general. Si continúas teniendo dificultades para dormir, es importante abordar el problema de manera proactiva para evitar efectos negativos a largo plazo.

La psicoterapia puede ayudarte a lo que tu necesitas. Busca un especialista, inicia el proceso terapéutico y veras que te sentirás mejor. Puedes sugerir a tu madre que busque un proceso terapéutico para sobrellevar ese dolor. Saludos