Mi padre siempre tiene la necesidad de desautorizarme y gritarme ante las demas personas cuando esto

¡Hola! Gracias por compartir tu experiencia, lamento que estés pasando por esta situación, si has hablado con tu padre sobre cómo te hace sentir su comportamiento y él se niega a realizar algún cambio al respecto, entonces te recomiendo trabajar en ti, aunque no puedas controlar la reacción de tu papá o la de otras personas, recuerda que sí tienes el poder de controlar cómo esto te afecta, para ello es necesario iniciar un proceso terapeutico en el que entre otros aspectos podrás mejorar tu autoestima y aprender a poner límites de manera asertiva.
Saludos.

Lamento mucho esta situación. Se vuelve tan estresante un vínculo así, que por un lado genera mucho enojo y resentimiento pero por el otro un@ se siente culpable por no querer pasar tiempo con él. Poner límites es algo que ya has intentado pero parece que tu papá no los respeta, lo que sigue es establecer consecuencias a esos traspasos a los límites personales. Esto puedes aprenderlo en la terapia. No dudes en agendar cita para poder mejorar la relación con tu papá

Lamento que estés viviendo algo tan doloroso y confuso. Lo que describís puede ser muy desgastante emocionalmente y afectar tu autoestima. Es importante que no lo atravieses solo/a: hablar con un profesional de la salud mental puede ayudarte a comprender lo que pasa, poner límites y cuidarte. Tu malestar es válido.

Lo que describes suele ser muy desgastante emocionalmente. Ser desautorizado, gritado o minimizado frente a otras personas puede afectar mucho la autoestima y generar una sensación constante de inseguridad, especialmente cuando viene de una figura tan importante como un padre.

La confusión que sientes también es comprensible. Cuando alguien hiere, ataca al ser confrontado y después se disculpa como si nada hubiera pasado, se crea un ciclo difícil de entender y de cerrar emocionalmente. Las disculpas pierden sentido si las conductas se repiten, y eso puede hacerte dudar de lo que sientes o incluso de si tienes derecho a sentirlo.

Más allá de cambiarlo a él, suele ser importante que tú puedas clarificar qué límites necesitas para protegerte, qué tanto contacto emocional te hace bien y cómo sostener tu postura sin seguir quedando expuesto/a a ese daño. Acompañarte en este proceso puede ayudarte a ordenar lo que te pasa y a encontrar formas más sanas de relacionarte, incluso si la otra persona no cambia.

Lamento mucho que estés viviendo esta dinámica con tu papá. Lo que describes no es algo menor ni exagerado: ser desautorizado, gritado o ridiculizado frente a otras personas, especialmente en un espacio laboral, es profundamente doloroso y desgastante.

Es comprensible que te sientas confundido. Cuando una persona hiere, ataca o invalida, y después se disculpa y actúa como si nada hubiera pasado, se genera un ciclo emocional muy desorganizador: por un lado el daño, por otro la disculpa, pero sin un cambio real en la conducta. Esto suele dejar a quien lo vive dudando de su propia percepción, preguntándose si “fue tan grave” o si está exagerando, cuando en realidad el impacto emocional sigue ahí. Tu malestar tiene sentido. Nadie debería acostumbrarse a ser minimizado o herido para “mantener la paz”