Dra. Yarely Villarreal Estrada

Artritis psoriásica

La artritis psoriásica se acompaña de psoriasis cutánea (parches de piel engrosada, con picazón, enrojecida con escamas plateadas) en casi la mitad de los pacientes. Existen varios tipos de artritis psoriásica en la que se caracteriza por inflamación, rigidez y dolor de las articulaciones distales de las manos; también puede afectar rodillas, caderas, tobillos, vertebral, sacroiliaca... Puede presentar en formas severas tipo "mutilante" y/o dactilitis "dedos en forma de salchicha", así como afectar otros órganos como ojos y arterias. Es necesario el tratamiento multidisciplinario metabólico (control de lípidos, glucosa, ácido úrico, presión arterial, obesidad).

Osteoartrosis

Es una enfermedad crónica degenerativa (no inflamatoria), que produce una destrucción del cartílago que conlleva deformidad típicamente de articulaciones de las manos (primer dedo de la mano), columna, caderas, rodillas. *Es el desorden articular más común en el mundo, donde aparece en hombres y mujeres por encima de los 55 años de edad. Se caracteriza por un dolor articular localizado, crépitos de las articulaciones, rigidez articular y limitación de la movilidad. La terapia de rehabilitación es fundamental para las articulaciones dañadas. El objetivo es mejoría del dolor, aumentar la fuerza muscular, mejoría de la capacidad funcional, independencia, y calidad de vida del paciente.

Lupus

Es una enfermedad de origen autoinmune, más común en mujeres entre 15-45 años. El sistema inmune (defensa del cuerpo) no puede diferenciar los virus, bacterias y otros gérmenes de las células sanas, por esta razón, existe una destrucción de células sanas, tejidos u órganos. El lupus puede ser de leve a grave, en donde los síntomas más comunes son: fatiga, dolor articular, caída de cabello, fiebre, lesiones en la piel. En formas graves puede afectar: riñón, cerebro, pulmón, arterias, corazón. Esta enfermedad no es curable, pero puede controlarse con un tratamiento oportuno y especializado.

Fibromialgia

Es una enfermedad caracterizada por una falta en el mecanismo de supresión del dolor, muy común en mujeres entre 20-50 años. Esta anomalía en la percepción del dolor puede ocasionar rigidez articular, dolor articular, fatiga crónica, dolor muscular generalizado, hormigueo en distintas partes del cuerpo. Se desconoce la causa de esta enfermedad, pero generalmente la puede desencadenar periodos de estrés, enfermedades infecciosas (virales, bacterianas), enfermedades autoinmunes (lupus, artritis reumatoide). El objetivo del tratamiento es mejorar el dolor y tratar los síntomas acompañantes, esto es posible con terapia farmacológica y terapia física complementaria.

Dolor de espalda inespecífico

El dolor de espalda crónico (por más de 3 meses) enfrenta al médico a una serie de diagnósticos diferenciales. Se sabe que la mayor parte de estos problemas corresponde a enfermedades musculo-esqueléticas, pero deben excluir enfermedades como: cáncer, infecciones del riñón, enfermedades intestinales, hernia de disco vertebral, escoliosis, entre otras patologías... * Es un reto para el reumatólogo diagnosticar enfermedades de origen autoinmune (espondilitis anquilosante, artritis reumatoide, artritis psoriásica) o bien un proceso degenerativo vertebral como causa de dolor de espalda crónico. Por lo que se debe acudir a un médico especializado para un diagnóstico oportuno.