Mtro. Rafael Hernandez

Hola, mi estimado,
Lamento mucho la experiencia que viviste con tu terapeuta. Lo que describes no solo suena frustrante, sino que también puede generar una profunda desconfianza hacia la terapia en general, y eso es completamente válido.

Desde mi experiencia como profesional, sé que no todos los enfoques ni estilos terapéuticos funcionan para todas las personas. A veces, lo que para un terapeuta puede ser una técnica legítima, para el paciente puede sentirse como desconexión emocional, falta de contención o incluso juicio. Cuando eso ocurre, es importante escucharte a ti mismo y reconocer que tu incomodidad tiene sentido.

Es difícil comentar a fondo sin conocer ambos lados, pero lo esencial aquí es lo que tú viviste y cómo te sentiste: no te sentiste acompañado, ni comprendido, y eso ya es razón válida para replantear esa relación terapéutica.

Algo que puede darte perspectiva es lo que señalan numerosos estudios: lo más importante para que una terapia funcione no es solo la técnica utilizada, sino la calidad de la relación entre paciente y terapeuta. Se le llama alianza terapéutica, y se ha demostrado que es uno de los factores más sólidos para predecir buenos resultados en el proceso terapéutico (Horvath & Symonds, 1991, APA, 2019, Psychology Today).

Así que mi recomendación no es rendirte con la terapia, sino considerar que quizás no encontraste aún el estilo o terapeuta que encaje contigo. Es completamente válido cambiar de terapeuta si sientes que no hay conexión o si el enfoque no se adapta a lo que tú necesitas emocionalmente.

Recuperar la confianza en el proceso puede tomar tiempo, pero se puede. Te animo a seguir buscando, con calma y sin presión. Hay profesionales allá afuera con quienes sí podrías construir un espacio seguro, humano y útil para ti.

Gracias por compartir tu historia, y te mando un abrazo y mucho respeto por atreverte a hablar de algo tan personal.

Hola, amiga.
Lamento mucho que estés atravesando este momento tan doloroso. Estás sintiendo el miedo de perder a alguien que amas profundamente, y eso ya nos dice que hay una parte de ti que quiere reparar, crecer y no rendirse. El simple hecho de que estés buscando orientación es un primer paso muy valiente.

Entiendo que tu pareja te ha expresado que se siente lastimado, e incluso que el amor ya no está presente como antes. Eso duele, y mucho. Pero también hay algo importante: él no ha cerrado la puerta del todo. Ha propuesto ir a terapia, lo que indica que, aunque tiene miedo, aún hay una parte suya que está dispuesta a intentar.

Ahora bien, más allá de la relación, también es muy importante que tú puedas mirar hacia dentro y preguntarte:
• ¿De dónde vienen estas actitudes que mencionas (imperativa, indiferente, dura)?
• ¿Qué heridas o patrones te han llevado a relacionarte así?
• ¿Qué necesitas sanar dentro de ti para poder amar sin lastimar ni cerrarte?

Estas preguntas no se responden de un día para otro, pero empezar un proceso terapéutico individual podría ayudarte muchísimo, no solo por la relación, sino por ti. Por tu paz, por tu crecimiento, y por la versión de ti misma que quieres ser a partir de ahora.

Quizás, al verte comprometida con tu propio proceso, él también vea que esta vez hay un cambio distinto. Uno que no es solo por él, sino también por ti.

No estás sola. El amor duele, pero también puede transformarse cuando se trabaja desde la honestidad y el compromiso. Te mando un abrazo fuerte y todo mi respeto por atreverte a mirar de frente algo tan difícil.