Llevo 10 meses consumiendo cristal, cuando no esta la persona que lo consume más no fumo, si no lo v

Un gusto distinguir que estas en un buen momento para tomar control del hábito de consumo, sin duda estamos en un contexto complejo que cuando se ha llegado esta respueta de consumo es dificil sostener, tiene muchas nociones del camino. Ahora completa tu terapia individual, grupo de apoyo y la colaboración médica para recuperar bienestar físico y tu sueño.

Hola buen día. Ok. Felicidades por darte cuenta que la droga, el cristal te destruye, no sólo genera una dependencia inmediata en el organismo. Realmente va destruyendo tu cerebro, tus organos internos hasta finalmente terminar recluido en un centro de rehabilitación. Lo que estas haciendo por recuperarte físicamente, alimentándote mejor, nutriendo de mejor manera tu organismo es importante, además de dejar de consumir la droga, todo ello es beneficioso para tu cuerpo. Sin embargo considero que es importante que también atiendas la parte mental y emocional, acudiendo a terapia psicológica. Estoy a tus ordenes, saludos.

Es algo formidable que hayas empezado a ver las repercusiones negativas de tus decisiones. Y que hayas tomado decisiones muy buenas de empezar a cuidarte. Este contraste qué muestras de lastimarte y por otro lado de cuidarte se debe a heridas muy profundas que tienes y que en rebeldía has preferido castigarte. Tienes un coraje muy fuerte contra aquellos que te lo hicieron, pero has optado por redirigirlo hacia ti. Eres un ser bello, que puede por momentos verlo, ver parcialmente las heridas. Entonces significa que puedes recatar esas partes buenas que tienes en ti y el daño que te han hecho, no permitas que te destruya. Acude a psicoterapia, te ayudará a liberarte de esas cadenas invicibles qué te atan y no te permiten avanzar.

Lo que le sugiero. es tomar una Psicoterapia, para q a través del acompañamiento de un terapeuta se vaya conociendo más a trabés de su parte inconsciente.

Hola, gracias por compartir tu experiencia con tanta honestidad.
Lo primero que quiero decirte es que ya diste un paso enorme: reconocer el problema, tomar medidas concretas y querer resignificar tu vida. Eso muestra conciencia y deseo genuino de cambio, que son las bases del proceso de recuperación.

Lo que describes (seguir consumiendo a pesar de saber que no lo necesitas o no te hace bien) no es falta de fuerza de voluntad, sino un patrón de dependencia en el que el cerebro se acostumbra a asociar la sustancia con placer, alivio o compañía. Esa lucha interna es parte del proceso y puede trabajarse con acompañamiento terapéutico.

También mencionas dificultades para poner límites y sentimientos de baja autoestima: esos factores suelen estar muy ligados al consumo y al miedo a perder control. La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) te puede ayudar a:

Identificar los pensamientos automáticos que te llevan a consumir.

Fortalecer tu autovaloración y capacidad de decisión.

Desarrollar herramientas para sostener la abstinencia y reconstruir vínculos saludables.

Has comenzado muy bien con el cuidado físico, mindfulness y alimentación consciente. Ahora te falta sumar el cuidado emocional, que es clave para consolidar el cambio. Con apoyo profesional, sí puedes resignificar tu narrativa interna y retomar el mando de tu vida.

Un saludo,
Psic. Rebeca Alarcón — Terapia Breve y TCC

Te recomiendo terapia psicológica con la cual puedas fortalecer esas áreas de oportunidad que tienes para reinventarte y poder tener una mejor calidad de vida en todos los aspectos. Muy valiente tu decisión de dejar las adicciones, eso habla de esa necesidad interna de realmente empezar de cero y reconstruirte .

Lo que describes muestra una importante capacidad de reflexión y un deseo genuino de cambio. Más que falta de fuerza o baja autoestima, suele tratarse de conflictos internos que se repiten sin que logremos entender el porqué. El consumo puede funcionar como una forma de calmar o evitar algo que duele.

El primer paso ya lo diste: reconocerlo y buscar comprensión. En un proceso terapéutico podrás trabajar el origen de ese malestar, fortalecer tus límites y recuperar el sentido de tu propio deseo. No se trata solo de dejar una sustancia, sino de entender qué lugar ha ocupado en tu historia.