Ante el excesivo material al que tenemos acceso, los constantes desafíos a nuestro alrededor, los compromisos por cumplir o las múltiples tareas a desempeñar, es común y entendible que el estado de nuestras emociones y sentimientos los dejemos en un segundo plano, como parte una experiencia automática en el día a día.
En ocasiones, éstas nos pueden rebasar. Sin darnos cuenta estar presentando una serie de síntomas físicos para lo cual buscamos en una red compleja externa de soluciones sin tener presente, quizás, que el origen de todo se encuentra en uno mismo.
Nuestro cuerpo actúa acorde a como procesamos la información en nuestro cerebro. Nuestra maravillosa biología nos permite activar sistemas así como substancias químicas y eléctricas que nos permiten responder de manera inmediata a las diversas situaciones que enfrentamos momento a momento. Nuestra memoria activa respuestas así como nuestra valoración subjetiva de los hechos, todo ello generando sensaciones y conductas que muchas veces nos preguntamos de dónde vienen y en ocasiones, no tenemos respuesta.
La solución está en nosotros. Coloquemos en nuestra agenda diaria actividades que promuevan el equilibrio y el bienestar. Promovamos el hábito de ser conscientes de nuestras emociones y sentimientos, buscando incorporar actividades para canalizar de una manera más saludable y eficiente nuestras formas de responder ante ellas.
En nuestras manos está el poder regular cómo nos sentimos y reaccionamos. Conéctate contigo mismo.
16/04/2025