Lic. Adrian Rangel Juárez

He acompañado a personas de instituciones educativas, empresariales, sociales y gubernamentales en países como Honduras, Costa Rica, México, Estados Unidos y Nicaragua.

Estoy convencido de que el diálogo es uno de los mejores recursos que tenemos para explorar todos aquellos aspectos de nuestra existencia, los que nos gustan y los que no nos gustan. El acompañamiento terapéutico que ofrezco tiene un enfoque Existencial - Fenomenológico. Te cuento lo que significa para que puedas decidir si este enfoque podría resultarte útil…

¿Cómo son las sesiones?
Juguemos con una metáfora: Primero, imagina que tu mundo interno es un museo. En cada sesión tú me invitarás a ese museo y me guiarás por las salas que quieras que recorramos. Yo, como invitado que soy, caminaré a tu lado con gran curiosidad y aceptación incondicional, buscando comprender lo que significan para ti cada una de las obras de arte que ahí se encuentran.
En este ejercicio de comprensión habrá momentos en los que te haga preguntas acerca de lo que me estás mostrando, o quizá te comparta mi perspectiva si llegas a pedírmela (la cual, por mi formación, está muy permeada por la cultura de paz*). Habrá momentos en los que estemos de acuerdo y momentos en los que estemos en desacuerdo. Este recorrido en tu museo nos permitirá construir una relación terapéutica que tendrá siempre puesto el acento en explorar lo que te pasa a través de los diferentes temas que son importantes para ti.
Desde la terapia existencial - fenomenológica pensamos que el hecho de explorar en sí mismo es valioso porque permite tener una mejor comprensión de nuestra existencia. De esta manera también podemos ampliar nuestras formas de transitar los sucesos que la vida presenta, encontrar diferentes perspectivas desde dónde tomar decisiones y nuevas formas de relacionarnos y vincularnos con nuestro entorno.

Te comparto un extracto escrito por el Dr. Yaqui Andrés Martínez (uno de mis maestros) que podría ayudarte a entender de mejor manera la terapia existencial…

“Entre los propósitos se encuentra ofrecer un espacio y tiempo adecuados para:
- Explorar las experiencias cotidianas, tanto si producen malestar como bienestar, promoviendo la apertura a reconocer distintas posibilidades, ampliando la perspectiva de nosotros mismos y del mundo que nos rodea, 
- Analizar  la forma como co-construimos y significamos nuestras experiencias, tomando en cuenta la fisiología corporal, la historia personal y colectiva, las relaciones interpersonales, las emociones, pensamientos, creencias, valores, etc. 
- Sostener de manera segura las experiencias emocionales y cognitivas que surjan al explorar experiencias relacionadas con la fragilidad, la intimidad y la identidad. 
- Apropiarse de las experiencias que emerjan como resultado del proceso colaborativo de la Terapia.
- Describir y clarificar la forma como entendemos la vida, y los límites impuestos a las posibilidades de ser-en-el-mundo.
- Promover un diálogo real, honesto y colaborativo que facilite el acercamiento a la comprensión de las diferentes dimensiones de la existencia, en la relación con el mundo, con los otros, y consigo mismo. 
- Investigar emotivamente lo que significa existir, desde los aspectos maravillosos hasta aquellos que pueden ser considerados oscuros por provocar angustia.”

*Finalmente... ¿Recuerdas que mencioné que mi perspectiva estaba muy permeada por la cultura de paz? Comparto contigo una definición de la Dra. Gloria María Abarca (también mi maestra).

"La paz no es la ausencia de guerra ni la eliminación de los conflictos, sino que es un proceso inacabado que se construye diariamente y reconoce a los conflictos como elementos que permiten conocernos mejor a nosotras mismas, a las demás personas y a nuestra naturaleza. No sólo existe la paz entendida de una sola manera. Hay tantas formas de hacer las paces como diversas son las personas y las culturas."

• Duelo

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• Codependencia

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• Estrés

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• Angustia

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• Estrés laboral