Plaquetas

La aceleración del proceso de curación de tejidos y la reducción de la inflamación. Se utiliza en diversas áreas de la medicina, como la ortopedia, la dermatología y la medicina estética. En ortopedia, ayuda a regenerar tejidos dañados, mientras que en dermatología y estética, mejora la apariencia de la piel y promueve el crecimiento capilar. Además, al ser un tratamiento autólogo, se minimiza el riesgo de reacciones alérgicas o rechazo, ya que se utiliza la propia sangre del paciente.

Por lo general, se recomiendan entre 3 y 4 sesiones, espaciadas entre 4 y 6 semanas. Sin embargo, algunos pacientes pueden observar mejoras después de la primera sesión, mientras que otros pueden necesitar más tratamientos para alcanzar los resultados deseados. Es importante seguir las indicaciones del médico y asistir a las consultas de seguimiento para evaluar el progreso y ajustar el plan de tratamiento según sea necesario.

Principalmente las articulaciones, como rodillas, codos, hombros y tobillos, así como tendones y ligamentos. También se utiliza en tratamientos estéticos para mejorar la apariencia de la piel, reducir arrugas y cicatrices, y promover el crecimiento del cabello en el cuero cabelludo. Además, se emplea en la medicina deportiva para acelerar la recuperación de lesiones musculares. La versatilidad del PRP permite su aplicación en diversas partes del cuerpo para promover la regeneración y reparación de tejidos.

Generalmente, los efectos positivos pueden observarse a partir de las primeras semanas y pueden durar entre 6 y 12 meses. Sin embargo, algunos pacientes pueden experimentar beneficios por más tiempo, especialmente con sesiones de mantenimiento periódicas. Es importante seguir las recomendaciones del médico y asistir a las citas de seguimiento para evaluar la evolución y determinar la necesidad de tratamientos adicionales.

Normalmente no es doloroso. Durante el procedimiento, se puede experimentar una leve molestia en el área de la extracción de sangre y en el sitio de la inyección. Sin embargo, se utilizan técnicas de anestesia local para minimizar cualquier incomodidad. La mayoría de los pacientes reportan sentir solo una ligera presión o pinchazo. Después del tratamiento, puede haber una pequeña inflamación o sensibilidad en la zona tratada, pero estos síntomas suelen desaparecer en pocos días.

Sí, es seguro. Se utiliza la propia sangre del paciente, lo que minimiza el riesgo de reacciones alérgicas o transmisión de enfermedades. Además, se realiza en condiciones estériles y bajo la supervisión de profesionales médicos capacitados. Los efectos secundarios son generalmente leves y temporales, como hinchazón o enrojecimiento en el área tratada. Sin embargo, es importante que el procedimiento sea realizado por personal médico con experiencia para garantizar su seguridad y eficacia.