Biopsia de mama guiada por ultrasonido

Durante el procedimiento, se utilizará un ultrasonido para localizar con precisión la zona a biopsiar. Se aplicará anestesia local para adormecer el área y minimizar cualquier molestia. Luego, se introducirá una aguja fina a través de la piel hasta llegar al tejido mamario sospechoso, guiada por las imágenes en tiempo real del ultrasonido. Se extraerán pequeñas muestras de tejido para su análisis. El procedimiento suele durar entre 30 y 60 minutos y, una vez finalizado, se aplicará presión y un vendaje en el sitio de la biopsia para evitar el sangrado.

Las indicaciones para realizar este procedimiento incluyen la presencia de una masa palpable en la mama, anomalías detectadas en una mamografía o ultrasonido, cambios en el pezón o en la piel de la mama, y secreción anormal del pezón. También se recomienda cuando existen antecedentes familiares de cáncer de mama o si se requiere un diagnóstico más preciso de una lesión previamente identificada. Este método permite obtener una muestra de tejido para un análisis más detallado y preciso, ayudando a determinar la naturaleza de la anomalía.

Después del procedimiento, se colocará un vendaje sobre el área de la biopsia y se proporcionarán instrucciones sobre cómo cuidar la zona. Es posible que se experimente algo de dolor o hinchazón, que generalmente se alivia con analgésicos de venta libre. Se recomienda evitar actividades extenuantes durante al menos 24 horas. Los resultados de la biopsia estarán disponibles en unos días y se discutirán con el médico para determinar los próximos pasos en el tratamiento o seguimiento.

El tiempo de recuperación varía según cada paciente, pero generalmente, se puede reanudar la mayoría de las actividades normales el mismo día o al día siguiente del procedimiento. Es común experimentar algo de dolor o molestia en el área de la biopsia, que puede ser manejado con analgésicos de venta libre. Se recomienda evitar actividades extenuantes y levantar objetos pesados durante al menos 24 a 48 horas. En caso de presentar síntomas inusuales, como fiebre o enrojecimiento excesivo, se debe contactar al médico.

La precisión es alta, ya que permite visualizar en tiempo real la ubicación exacta de la lesión en la mama. Esto facilita la obtención de muestras precisas del tejido sospechoso. La técnica es especialmente útil para lesiones que no son palpables pero que se pueden ver claramente en una ecografía. Además, el uso del ultrasonido reduce el riesgo de complicaciones y mejora la exactitud del diagnóstico, lo que contribuye a un tratamiento más efectivo y oportuno.

Es realizada por un radiólogo especializado en imágenes mamarias. Este profesional cuenta con la formación y experiencia necesarias para llevar a cabo el procedimiento de manera segura y precisa. Además, el radiólogo trabaja en estrecha colaboración con el equipo médico, que puede incluir a oncólogos, cirujanos y patólogos, para asegurar un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento efectivo. La coordinación entre estos especialistas garantiza que se obtengan los mejores resultados posibles para la paciente.