Mi niñon de dos años tiene un tipo de tos con flema que es persistente desde hace aprox dos meses ha

Las enfermedades alérgicas son difíciles de tratar y mantener un buen control. Siempre le explico a mis pacientes que iniciaremos con el primer escalón de tratamiento, pero el manejo es individual, y quizá tu niño requiere que le den dosis más fuertes o frecuentes de medicamento o añadir medicamentos coadyuvantes para tener mejor efecto. El uso apropiado de los dispositivos de limpieza nasal y de cámaras espaciadoras es indispensable para tener un buen control de enfermedades como el asma y la rinitis.

Entiendo lo preocupante que es ver a tu pequeño con tos y mocos por tanto tiempo, especialmente cuando los tratamientos no han dado los resultados esperados. Es importante seguir explorando las causas con calma y con apoyo profesional. Te comparto algunas sugerencias para guiar los próximos pasos:

1. ¿Podría ser algo más que alergia?
La rinitis alérgica suele causar mocos claros y estornudos, pero cuando la tos persiste por meses y hay mocos amarillos/verdes, es útil descartar otras posibilidades, como:

Infecciones que no se han curado completamente (ej. sinusitis).

Irritación por reflujo (el ácido del estómago puede subir y causar tos).

Sensibilidad a algo en el ambiente (humo, polvo, moho, etc.).

Inflamación en las vías respiratorias (como en el asma, que a veces se manifiesta solo con tos).

2. Pasos que puedes seguir:
Consulta con un alergólogo pediátrico:

Podrá hacer pruebas específicas para identificar si hay alergias no detectadas (a ácaros, polen, alimentos, etc.) y ajustar el tratamiento.

Evaluará si la tos podría relacionarse con asma u otras condiciones.

Revisión con un otorrinolaringólogo pediátrico:

Verificará si hay adenoides grandes o infecciones en los senos paranasales que estén perpetuando los síntomas.

3. Mientras organizas las consultas:
Lavados nasales con suero fisiológico: Ayudan a limpiar los mocos y alivian la congestión. Puedes hacerlos 2-3 veces al día.

Ambiente libre de irritantes:

Evita el humo de cigarro, perfumes fuertes o productos de limpieza con olores intensos.

Usa fundas antiácaros en su cama y lava su ropa de cama con agua caliente.

Hidratación: Ofrécele agua, caldos o líquidos para mantener las flemas fluidas.

Registra los síntomas: Anota cuándo empeora la tos (noche, después de comer, al jugar), el color de los mocos y si hay otros síntomas (fiebre, cansancio). Esto será útil para los especialistas.

4. Evita:
Antibióticos sin supervisión: Usarlos repetidamente sin indicación precisa puede generar resistencia.

Antihistamínicos por cuenta propia: Algunos pueden espesar las flemas y empeorar la tos.

Mensaje final:
La tos persistente siempre merece una mirada más detallada. No dudes en buscar una segunda opinión o acudir a un centro especializado en alergias o vías respiratorias infantiles. Tú estás haciendo un gran trabajo al buscar respuestas, y con el apoyo adecuado, lograremos que tu niño se sienta mejor.

No estás sola: Los pediatras y especialistas están para acompañarte en este proceso.

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