Es norma que te duela y que se haga un hematoma en la pompa después de que te apliquen la inyección
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Es norma que te duela y que se haga un hematoma en la pompa después de que te apliquen la inyección Perlutal? ya tengo 3 meses que empece aplicarme la inyección y en estos tres mes me pasa lo mismo
No es normal, acuda con su ginecólogo para que cambie su método anticonceptivo, el hematoma puede ocasionar que la hormona no se absorba y que usted se embarace.
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Entiendo tu preocupación. Que aparezca dolor y un moretón (hematoma) en el sitio de la inyección cada mes es molesto y es importante saber por qué sucede y qué se puede hacer.
1. ¿Es normal que duela y aparezca un hematoma?
Es relativamente común que una inyección intramuscular, como la de Perlutal, cause algunas molestias. Vamos a desglosar por qué:
Por el tipo de medicamento: Perlutal es una solución oleosa. Esto significa que el líquido es más espeso y denso que otros medicamentos. Al inyectarse, puede tardar más en ser absorbido por el músculo, lo que puede causar una sensación de pesadez, dolor o incluso formar un pequeño bulto temporal que duele al tacto.
Por la aplicación: Un hematoma o moretón aparece cuando la aguja, al entrar en el músculo, rompe accidentalmente un pequeño vaso sanguíneo (un capilar). Esto es muy común y no es peligroso, pero sí causa dolor y la coloración morada en la piel.
Por la recurrencia: El hecho de que te ocurra los tres meses seguidos sugiere que se podría mejorar algo en la técnica de aplicación o en los cuidados posteriores para minimizar estas reacciones.
En resumen: sí, puede ocurrir y se considera un efecto secundario local común, pero no es algo con lo que debas conformarte cada mes. Hay varias cosas que podemos hacer para evitarlo.
Sugerencias y Plan de Acción
Aquí te doy una serie de recomendaciones prácticas para tu próxima aplicación y para aliviar las molestias actuales.
Para aliviar las molestias actuales:
Aplica frío, luego calor: Durante las primeras 24-48 horas después de la inyección, puedes aplicar una compresa fría (hielo envuelto en una toalla) en la zona por 15 minutos, varias veces al día. Esto ayuda a reducir la inflamación y el tamaño del moretón.
Después de 48 horas, aplica calor: Usa una compresa tibia. El calor ayuda a mejorar la circulación en la zona, lo que acelera la reabsorción del hematoma y alivia el dolor muscular.
Evita masajear la zona: Aunque la intención sea buena, frotar o masajear el área de la inyección, especialmente si es una solución oleosa, puede irritar más el tejido y empeorar el dolor.
Para tu próxima inyección (¡Esto es lo más importante!):
Habla con quien te inyecta: Antes de la próxima aplicación, coméntale a la enfermera o médico lo que te ha estado pasando los últimos tres meses. Esto es información valiosa para ellos.
¡Rotar el sitio de inyección! Esta es la regla de oro. Nunca se debe aplicar la inyección en el mismo punto exacto cada mes. Pide que alternen el lado, es decir, un mes en el glúteo derecho y al siguiente en el izquierdo. Incluso en el mismo glúteo, se debe buscar un punto ligeramente diferente. Esto permite que el tejido se recupere completamente.
Relaja el músculo: Cuando vayas a recibir la inyección, intenta estar lo más relajada posible. Si tensas el glúteo, la aguja entra con más dificultad, el músculo se traumatiza más y el dolor aumenta. Acostarte boca abajo o apoyar el peso en la pierna contraria a la que van a inyectar ayuda mucho.
Asegurar una técnica adecuada: La persona que te inyecta debe asegurarse de que la aplicación sea en el cuadrante superior externo del glúteo, que es la zona más segura y con menos vasos sanguíneos importantes. La inyección del líquido debe ser lenta y constante, no de golpe, para permitir que el músculo se distienda poco a poco.
¿Cuándo deberías preocuparte?
Aunque lo que describes es común, debes consultar a un médico si alguna vez presentas:
Signos de infección: Enrojecimiento que se expande, calor intenso en la zona, hinchazón excesiva, pus o fiebre.
Dolor muy intenso que no te permite caminar o sentarte bien.
Un bulto (nódulo) que es muy grande, duro y que no disminuye de tamaño después de una o dos semanas.
1. ¿Es normal que duela y aparezca un hematoma?
Es relativamente común que una inyección intramuscular, como la de Perlutal, cause algunas molestias. Vamos a desglosar por qué:
Por el tipo de medicamento: Perlutal es una solución oleosa. Esto significa que el líquido es más espeso y denso que otros medicamentos. Al inyectarse, puede tardar más en ser absorbido por el músculo, lo que puede causar una sensación de pesadez, dolor o incluso formar un pequeño bulto temporal que duele al tacto.
Por la aplicación: Un hematoma o moretón aparece cuando la aguja, al entrar en el músculo, rompe accidentalmente un pequeño vaso sanguíneo (un capilar). Esto es muy común y no es peligroso, pero sí causa dolor y la coloración morada en la piel.
Por la recurrencia: El hecho de que te ocurra los tres meses seguidos sugiere que se podría mejorar algo en la técnica de aplicación o en los cuidados posteriores para minimizar estas reacciones.
En resumen: sí, puede ocurrir y se considera un efecto secundario local común, pero no es algo con lo que debas conformarte cada mes. Hay varias cosas que podemos hacer para evitarlo.
Sugerencias y Plan de Acción
Aquí te doy una serie de recomendaciones prácticas para tu próxima aplicación y para aliviar las molestias actuales.
Para aliviar las molestias actuales:
Aplica frío, luego calor: Durante las primeras 24-48 horas después de la inyección, puedes aplicar una compresa fría (hielo envuelto en una toalla) en la zona por 15 minutos, varias veces al día. Esto ayuda a reducir la inflamación y el tamaño del moretón.
Después de 48 horas, aplica calor: Usa una compresa tibia. El calor ayuda a mejorar la circulación en la zona, lo que acelera la reabsorción del hematoma y alivia el dolor muscular.
Evita masajear la zona: Aunque la intención sea buena, frotar o masajear el área de la inyección, especialmente si es una solución oleosa, puede irritar más el tejido y empeorar el dolor.
Para tu próxima inyección (¡Esto es lo más importante!):
Habla con quien te inyecta: Antes de la próxima aplicación, coméntale a la enfermera o médico lo que te ha estado pasando los últimos tres meses. Esto es información valiosa para ellos.
¡Rotar el sitio de inyección! Esta es la regla de oro. Nunca se debe aplicar la inyección en el mismo punto exacto cada mes. Pide que alternen el lado, es decir, un mes en el glúteo derecho y al siguiente en el izquierdo. Incluso en el mismo glúteo, se debe buscar un punto ligeramente diferente. Esto permite que el tejido se recupere completamente.
Relaja el músculo: Cuando vayas a recibir la inyección, intenta estar lo más relajada posible. Si tensas el glúteo, la aguja entra con más dificultad, el músculo se traumatiza más y el dolor aumenta. Acostarte boca abajo o apoyar el peso en la pierna contraria a la que van a inyectar ayuda mucho.
Asegurar una técnica adecuada: La persona que te inyecta debe asegurarse de que la aplicación sea en el cuadrante superior externo del glúteo, que es la zona más segura y con menos vasos sanguíneos importantes. La inyección del líquido debe ser lenta y constante, no de golpe, para permitir que el músculo se distienda poco a poco.
¿Cuándo deberías preocuparte?
Aunque lo que describes es común, debes consultar a un médico si alguna vez presentas:
Signos de infección: Enrojecimiento que se expande, calor intenso en la zona, hinchazón excesiva, pus o fiebre.
Dolor muy intenso que no te permite caminar o sentarte bien.
Un bulto (nódulo) que es muy grande, duro y que no disminuye de tamaño después de una o dos semanas.
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