Artículos 08 enero 2021

Resonancia magnética de las vías biliares

Equipo Doctoralia
Equipo Doctoralia

También conocido como colangiografía por resonancia, se trata del mejor método para examinar las vías biliares. Es un procedimiento preciso y seguro, pero también tiene limitaciones.

Las vías biliares son una parte pequeña del cuerpo, pero son muy importantes para su funcionamiento. Esto se debe a que llevan la bilis desde el hígado hacia el tracto digestivo. Además de la degradación de brasas, la bilis también regula el pH del intestino delgado. Lamentablemente pueden presentarse problemas en esta región, por lo que es importantísimo contar con un diagnóstico adecuado. La colangiografía por resonancia magnética es una herramienta invaluable para ello.

En este artículo revisaremos:

  • Estructura de las vías biliares
  • ¿Con qué métodos se puede realizar una colangiografía? ¿Por qué la resonancia magnética es mejor?
  • ¿En qué casos se realiza este estudio?
  • Preparación
  • Procedimiento
  • ¿Es segura la prueba? ¿Duele?
  • ¿Qué se puede diagnosticar con la colangiografía por RM?
  • Diferencias entre la colangiografía por RM magnética y el ultrasonido abdominal

Estructura de las vías biliares

Las vías biliares son un conjunto de conductos por los que pasa la bilis. Estos conductos se encuentran dentro y fuera del hígado. Existen dos tipos de conductos:

  • Conductos intrahepáticos: se localizan dentro del hígado y están rodeados por las células que producen la bilis (hepatocitos). Estos conductos llevan el líquido a la vesícula biliar, un órgano encargado de almacenar la bilis.
  • Conductos extrahepáticos: se encargan de llevar la bilis desde la vesícula hasta el duodeno, un segmento del intestino delgado.

Debido a la cercanía del páncreas y su papel en la digestión (libera enzimas digestivas), es común que esta zona se estudie en conjunto con las vías biliares. De esta forma, el estudio también puede nombrarse como colangiopancreatografía.

Tipos de colangiografía

La colangiografía es un estudio que permite visualizar el tracto biliar, es decir, los conductos por los que pasa la bilis. Típicamente se realiza como una radiografía contrastada. Es decir, se administra una sustancia especial que recorre los conductos biliares (medio de contraste) para que esta zona sea visible con rayos X.

El medio de contraste para visualizar los conductos biliares se puede administrar de varias formas:

  • Vía oral (el día anterior al estudio) o por vía intravenosa (media hora antes): la sustancia ingresa al hígado desde el tracto gastrointestinal o junto con la sangre.
  • Por medio de un endoscopio: se trata de una cámara que lleva consigo la sustancia y se introduce por la vía alimenticia para llegar a la salida biliar (en el intestino delgado). De esta manera, el contraste se libera directamente en la región a examinar. Este procedimiento se conoce como colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE).
  • A través de la pared abdominal por medio de una jeringa: se utiliza anestesia local y se inyecta el medio de contraste directamente en una parte del hígado. A este procedimiento se le conoce como colangiografía percutánea.
  • Con una jeringa durante una cirugía: se trata de una colangiografía intraoperatoria, que permite verificar inmediatamente si ha habido algún daño con el procedimiento.  En caso de ser así, se puede reparar en ese momento. si se ha producido algún daño como resultado del procedimiento y posiblemente repararlo
  • Después de una cirugía por medio de una sonda conectada a las vías biliares.

Desafortunadamente, los estudios  ya mencionados conllevan un alto riesgo de complicaciones. En primer lugar, existe un riesgo de presentar una reacción alérgica ante el medio de contraste (ver también Tomografía computarizada con contraste: qué es y cómo prepararse y Pruebas de laboratorio antes de la administración de contraste). En segundo lugar, los rayos X que se usan para mostrar los conductos biliares (ya sea una radiografía o una tomografía) pueden dañar el ADN de las células. Por estas razones, estos estudios no deben repetirse con demasiada frecuencia (especialmente con niños o adultos mayores); el embarazo es una contraindicación absoluta.

Otras posibles complicaciones incluyen inflamación aguda del páncreas o de las vías biliares, perforación, hematomas, hemorragias y sepsis. Estos efectos se asocian a procedimientos invasivos. Después de estas pruebas, en ciertos casos podría ser necesario algún procedimiento para restaurar las vías biliares o para colocar una prótesis. La colangiografía por resonancia magnética es una alternativa no invasiva y que además es muy precisa.

La resonancia magnética y las vías biliares

La colangiopancreatografía por resonancia magnética (CPRM) es la técnica más segura y eficaz para obtener imágenes de los conductos biliares (ver también ¿Qué es y para qué sirve una resonancia magnética?) . Esto se debe a que:

  • No requiere el uso de radiaciones nocivas. La resonancia magnética sólo utiliza ondas de radio y un fuerte campo magnético; esto no afecta a la salud de ninguna forma.
  • El estudio se puede repetir frecuentemente. Esto resulta muy importante para monitorear los efectos de un tratamiento.
  • No implica un procedimiento invasivo; el paciente ni siquiera tiene que quitarse la ropa.
  • No duele, y el paciente puede volver a sus actividades cotidianas inmediatamente después del examen.
  • Permite obtener imágenes detalladas de alta calidad, así como crear modelos tridimensionales del área examinada.
  • En la mayoría de los casos, no se requiere de un medio de contraste. Esto se debe a que la bilis fluye por los conductos y actúa como un contraste natural. Incuso si fuera necesario utilizar algún medio de contraste, las sustancias utilizadas en la resonancia magnética son mucho menos nocivas (ver también: Resonancia magnética contrastada: preparación y procedimiento)

Nota: la resonancia contrastada de las vías biliares requiere de una orden médica. También requiere de preparaciones como una prueba de creatinina en sangre para evaluar la función renal, acudir en ayunas, y la preparación de la sonda para administrar el contraste. Además, el paciente deberá permanecer en la clínica o laboratorio durante una hora después del examen en caso de que llegase a presentar alguna reacción alérgica (esto es muy poco probable). Para las madres en periodo de lactancia, es importante no amamantar a sus bebés durante dos días posteriores a la prueba.

Contraindicaciones

A continuación mencionamos algunas contraindicaciones para la colangiografía por resonancia magnética. Una posible contraindicación es estar en el primer trimestre del embarazo. El estudio tampoco puede realizarse con personas que no pueden permanecer inmóviles. Otro obstáculo en su implementación puede ser el primer trimestre de embarazo, la imposibilidad de permanecer inmóvil durante mucho tiempo (por ejemplo, debido a tics nerviosos o enfermedad de Parkinson) o la presencia de objetos en el cuerpo de la paciente como:

  • Embarazo (primer trimestre)
  • Incapacidad para permanecer inmóvil durante mucho tiempo (ej. Enfermedad de Parkinson)
  • Presencia de algún neuroestimulador,
  • Bomba de insulina
  • Marcapasos,
  • Implante coclear,
  • Endoprótesis, estabilizadores, implantes, tornillos o placas ortopédicas,
  • Válvulas artificiales, stents o clips vasculares,
  • Algunos tipos de implantes y empastes dentales,
  • Dispositivo anticonceptivo intrauterino,
  • Fragmentos de balas, limaduras metálicas dentro del organismo, etc.

Al ser sometidos a un campo magnético, los objetos metálicos pueden moverse o calentarse. Esto puede dañar los tejidos circundantes y el funcionamiento de los dispositivos electrónicos implantados. Esto puede significar un riesgo para la salud; por esta razón, un paciente no puede someterse a una resonancia si tiene objetos metálicos en su cuerpo. Incluso hay que tener cuidado con no usar maquillaje o asegurarse de no tener tatuajes con tintes metálicos ya que hay riesgo de quemaduras en la piel.

Algunos implantes más modernos están diseñados para poder someterse a fuertes campos magnéticos, pero esto siempre se debe consultar con un médico. Además, el radiólogo que supervisa el estudio debe estar completamente seguro de que el procedimiento no conlleva ningún riesgo.

Preparación para la resonancia de las vías biliares

Generalmente se le solicita al paciente llegar con el estómago vacío, es decir, no haber comido durante al menos 6 horas antes del estudio. Sin embargo, este estudio no requiere de preparaciones especiales o ajustes en los medicamentos que se toman de forma regular. Es recomendable llevar los resultados de pruebas anteriores de las vías  biliares, ya que esto ayudará al especialista a interpretar los resultados del nuevo estudio.

Se recomienda acudir a la clínica o laboratorio con ropa cómoda y sin elementos metálicos (cremalleras, botones, hebillas, aros, lentejuelas, estampados, etc.) ya que esto podría alterar las imágenes. Lo mismo ocurre con las partículas metálicas presentes en productos cosméticos (lociones corporales, maquillaje, fijador para cabello, etc.).

Antes de entrar a la sala de la resonancia, el paciente deberá retirar objetos metálicos (llaves, anteojos, etc.), aparatos electrónicos, accesorios, y tarjetas que puedan desmagnetizarse (tarjetas de débito, crédito, transporte público, etc.).

Procedimiento

El dispositivo con el que se realiza el estudio se conoce como resonador. Se trata de una gran máquina redonda con un orificio en el centro. Para tomar las imágenes, el paciente deberá recostarse sobre una camilla que será desplazada hacia el interior del dispositivo. Por dentro, el resonador está bien ventilado e iluminado. Si el paciente sufre de claustrofobia (miedo a espacios cerrados), se recomienda el uso de algún sedante.

Una vez dentro del resonador, el paciente deberá permanecer inmóvil y relajado, ya que cualquier movimiento o tensión muscular excesiva puede alterar las imágenes. El procedimiento puede durar entre 15 y 60 minutos.

El personal que supervisa el estudio estará en una habitación separada. Sin embargo, se mantiene en constante comunicación con el paciente a través de micrófonos y altavoces o auriculares. Los auriculares son de gran utilidad porque ayudan a reducir los ruidos fuertes emitidos por el resonador.

Resultados

Los resultados pueden tardar varios días en estar listos. Si bien las imágenes están listas de inmediato, también requieren de una interpretación especializada.

Con estas imágenes se puede ver:

  • presencia de depósitos (piedras) en la vesícula biliar y los conductos biliares;
  • cambios inflamatorios y quísticos;
  • cambios neoplásicos malignos y benignos;
  • estenosis de los conductos biliares y del conducto pancreático, ya sean congénitas o como resultado de una infección o la formación de tumores;
  • anomalías del desarrollo del banano pancreático-duodenal;
  • alteraciones en el funcionamiento del Esfínter de Oddi, un músculo cuyas contracciones permiten el flujo de líquidos corporales desde el hígado y el páncreas hacia el duodeno.

Los pacientes que padecen esta última dolencia tienen un riesgo particular de desarrollar pancreatitis como resultado de una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE), por lo que la resonancia magnética es un método mucho más seguro.

¿En qué casos se realiza la colangiografía por resonancia magnética?

Además de la sospecha de las anomalías ya mencionadas, también se realiza en situaciones como:

  • valoración del paciente después de un traumatismo biliar, enfermedad o cirugía;
  • preparación para una cirugía;
  • aumento en el nivel de marcadores de colestasis en sangre;
  • para identificar si la ictericia (coloración amarilla de la piel) es ocasionada por una obstrucción en el flujo de la bilis;
  • dolor abdominal intenso cuando la causa no ha sido identificada mediante otros métodos (por ejemplo, un ultrasonido abdominal)

Muchas veces se realiza un ultrasonido o ecografía como primera opción ya que es un procedimiento muy seguro y notablemente más económico que la resonancia magnética. El ultrasonido puede ser útil cuando hay problemas en el tracto biliar, sin embargo, es un estudio mucho menos preciso y su valor diagnóstico se reduce con factores como la acumulación de gases en el sistema digestivo, obesidad o falta de experiencia del personal que realiza la prueba.

Con una ecografía, se puede detectar colelitiasis en tan solo uno de cada cuatro pacientes. Si bien este es un buen método para confirmar o descartar obstrucciones en el tracto biliar, para una evaluación más precisa se recomienda realizar una resonancia magnética. Por supuesto, también será un examen concluyente cuando el resultado del ultrasonido sea ambiguo.

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