Lic Raquel Márquez González

Los cambios súbitos de la vida como la maternidad, matrimonio, pérdidas de empleo, rupturas de relaciones, cambios de residencia, diagnósticos de enfermedades, entre otras; son consideradas crisis vitales y a menudo desencadenan experiencias emocionales de confusión, miedo, enojo y tristeza, las cuales son universales y transitamos por ellas sin mayor problema, sin embargo, debido que pocos hablan de ello, muchas personas tratan de suprimir lo que sienten y esto los lleva a estados depresivos, excesiva irritabilidad, culpa o vergüenza y no logran adaptarse a ellas.
A través de las terapias contextuales podemos desarrolla habilidades para regular emociones, tolerar el dolor y solucionar problemas.

Los cambios súbitos de la vida como la maternidad, matrimonio, pérdidas de empleo, rupturas de relaciones, cambios de residencia, diagnósticos de enfermedades, entre otras; son consideradas crisis vitales y a menudo desencadenan experiencias emocionales de confusión, miedo, enojo y tristeza, las cuales son universales y transitamos por ellas sin mayor problema, sin embargo, debido que pocos hablan de ello, muchas personas tratan de suprimir lo que sienten y esto los lleva a estados depresivos, excesiva irritabilidad, culpa o vergüenza y no logran adaptarse a ellas.
A través de las terapias contextuales podemos desarrolla habilidades para regular emociones, tolerar el dolor y solucionar problemas.

La Depresión se presenta como una pérdida de interés para cosas de la vida cotidiana, tristeza, sensaciones de agotamiento, sueño excesivo o insomnio, pérdida de apetito, falta de concentración, pérdida de confianza en uno mismo, pensamientos de devaluación de lo que hacemos, pensamos o somos y en muchas ocasiones interfiere en nuestras actividades diarias.
En terapias contextuales, desarrollamos habilidades para dejar de funcionar en piloto automático, aprendes a permanecer en el presente, descubrir qué te impide salir adelante, a resolver problemas, enfrentar emociones y cuidar de ti.

La Depresión se presenta como una pérdida de interés para cosas de la vida cotidiana, tristeza, sensaciones de agotamiento, sueño excesivo o insomnio, pérdida de apetito, falta de concentración, pérdida de confianza en uno mismo, pensamientos de devaluación de lo que hacemos, pensamos o somos y en muchas ocasiones interfiere en nuestras actividades diarias.
En terapias contextuales, desarrollamos habilidades para dejar de funcionar en piloto automático, aprendes a permanecer en el presente, descubrir qué te impide salir adelante, a resolver problemas, enfrentar emociones y cuidar de ti.

Mediante un acompañamiento terapéutico comprende tus emociones, sensaciones y conductas, descubre cómo influyen tu pasado y tu biología en la forma en que sientes, piensas, enfrentas la vida y te relacionas con las demás personas. Desarrolla habilidades y sana experiencias traumáticas del pasado.

Mediante un acompañamiento terapéutico comprende tus emociones, sensaciones y conductas, descubre cómo influyen tu pasado y tu biología en la forma en que sientes, piensas, enfrentas la vida y te relacionas con las demás personas. Desarrolla habilidades y sana experiencias traumáticas del pasado.

Un ataque de pánico es la aparición repentina de miedo o malestar intenso acompañado de sensaciones como deseos intensos de orinar, dolores estomacales, presión en el pecho, sensación de que no entra aire suficiente al cuerpo, corazón acelerado, sudoración, mareos, temblores o rigidez en alguna parte del cuerpo.
Estas sensaciones van acompañadas de ideas de muerte, locura, pérdida de control, sentimiento de peligro y una necesidad de huir.
Los ataques de pánico son un círculo vicioso en el que mientras más te esfuerzas en dejar de sentir o ponerte a salvo, más crece.
¡El miedo a la ansiedad provoca más ansiedad!
En psicoterapia, aprendemos a romper el círculo vicioso con técnicas de pensamiento, emoción y conducta que te permiten enfrentarla.

Un ataque de pánico es la aparición repentina de miedo o malestar intenso acompañado de sensaciones como deseos intensos de orinar, dolores estomacales, presión en el pecho, sensación de que no entra aire suficiente al cuerpo, corazón acelerado, sudoración, mareos, temblores o rigidez en alguna parte del cuerpo.
Estas sensaciones van acompañadas de ideas de muerte, locura, pérdida de control, sentimiento de peligro y una necesidad de huir.
Los ataques de pánico son un círculo vicioso en el que mientras más te esfuerzas en dejar de sentir o ponerte a salvo, más crece.
¡El miedo a la ansiedad provoca más ansiedad!
En psicoterapia, aprendemos a romper el círculo vicioso con técnicas de pensamiento, emoción y conducta que te permiten enfrentarla.

La relación de pareja es un aspecto de la vida complejo, en la relación tendemos a buscar que se realicen nuestros sueños y expectativas, pero tambien, deseamos que nuestros miedos e inseguridades sean sanados. Por lo tanto, cuando una relación termina, la persona que perdemos es más que una persona. Al irse de nuestras vidas se convierte en la representación de nuestros temores y carencias en carne viva.
Una ruptura causa dolor, angustia, tristeza e incertidumbre y al tratar de suprimir esas emociones, la vida parece perder sentido y nos aferramos a relaciones dolorosas e insatisfactorias.
En terapia, aprenderás a reconocer tus sentimientos más profundos y carencias para sanarlas sin la necesidad de otra persona y tendrás herramientas para enfrentar la perdida con la tristeza de cerrar un ciclo de tu vida pero, sin el dolor de sentir que pierdes tu vida para siempre.