Se conoce como accidente cerebrovascular a la interrupción del flujo sanguíneo en una región cerebral. Puede estar provocado por un trombo sanguíneo que tapona una arteria, o bién por una rotura arterial que provoca un derrame en la zona. La interrupción del flujo provoca la muerte de las células de la zona, causando que el paciente presente, de manera súbita, disminución del nivel de consciencia y pérdida de ciertas capacidades superiores (pérdida de movilidad de un miembro, pérdida de visión, del habla...). Debe considerarse una urgencia a atender en las primeras 3 horas para disminuir las secuelas del evento. Deberá realizarse un examen neurológico completo, descartar la existencia de hipertensión craneal mediante un fondo de ojo y realizar pruebas de imagen para detectar la zona lesionada (tomografía computerizada craneal, angiografía...). También deberá descubrirse el orígen del accidente cerebrovascular mediante electrocardiograma, ecocardiograma y ecografía de las arterias carótidas.